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¿CUALES SON LAS BIENAVENTURANZAS DE JESUS?


Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron.           
Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo:          

  • Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
  • Bienaventurados los mansos, porque ellos posseerán en herencia la tierra.             
  • Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.    
  • Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados. 
  • Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.            
  • Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.             
  • Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.   
  • Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos.             


Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa.           

Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros. 

«Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres.             

«Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte.

Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa.        

Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.         

No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento.    

Sí, os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que pase una i o una tilde de la Ley sin que todo suceda.              

Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos.  

Porque os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos.

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