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EL EMPRENDIMIENTO COMO UNA MATERIA QUE SE ENSEÑA EN EL COLEGIO


En un momento en que menos jóvenes están lanzando empresas en Estados Unidos, algunos empresarios prominentes y educadores buscan formas de enseñar a los estudiantes a ser más emprendedores.

Las últimas iniciativas a menudo le restan importancia a tareas tradicionales como la creación de un plan de negocios para concentrarse en preparar a los participantes para desafíos más amplios, como la forma de obtener reacciones de los clientes y saber cuándo es hora de adaptar productos o modelos de negocios.

Un panel compuesto por ejecutivos de empresas y académicos copresidido por el cofundador de AOL,  y la ex presidenta de la junta directiva de Hewlett-Packard, instaron a la creación de una competencia de emprendimiento en EE.UU. en la que equipos de estudiantes de escuela primaria y secundaria propondrían y presentarían a jueces sus ideas para nuevas empresas.

La proporción de adultos jóvenes propietarios de una empresa en EE.UU. ha caído a su menor nivel en casi 24 años. Alrededor de 3,6% de las viviendas encabezadas por un adulto menor de 30 años tenía participaciones en empresas de capital cerrado en 2013, según un análisis de The Wall Street Journal de datos de la Reserva Federal revelados recientemente. Se trata de un descenso frente a 10,6% en 1989, y frente a 6,1% en 2010.

Los economistas señalan que el deterioro de la situación financiera de los egresados jóvenes de hoy, tras la recesión y las dificultades para obtener experiencia laboral, entre otros factores, explican el declive.

Algunos creen que los colegios y otras instituciones pueden preparar mejor a los estudiantes para los desafíos de formar y dirigir sus propias empresas.

El sistema educativo estadounidense tradicional ha enfatizado la preparación de estudiantes para ejecutar trabajos por turnos y no le brinda a los alumnos suficientes oportunidades “para explorar y competir en un entorno divertido y competitivo”, dice Brian Meece, presidente ejecutivo de RocketHub, un sitio web de financiación masiva, y miembro del panel, conocido como Milstein Symposium, enfocado en crear empleos de clase media a través del emprendimiento.

“El error que hemos cometido acerca del emprendimiento es pensar que es como un trabajo que se puede enseñar, como la contabilidad”, agrega Steve Blank, un emprendedor veterano de tecnología.

Numerosos programas tradicionales se aferran a la noción de que “las startups son versiones más pequeñas de compañías existentes”, subraya Blank. Sin embargo, los fundadores de startups confrontan múltiples incógnitas, como si un producto o servicio siquiera encaja con una necesidad de un cliente.

En la iniciativa conocida como Network for Teaching Entrepreneurship (NFTE), una organización sin fines de lucro fundada hace 26 años en Nueva York, los estudiantes asumen el papel de propietarios de restaurantes y sugieren cambios para hacer que sus negocios sean más competitivos en lugar de simplemente enumerar las ventajas de un restaurante sobre otro. NFTE, que imparte educación sobre emprendimiento a estudiantes de bajos recursos, también ensaya un programa de seis horas en Internet que simula el lanzamiento de un camión de comida. El año pasado, modernizó una herramienta en línea, permitiendo a los alumnos compartir ideas de negocios entre sí en lugar de simplemente llevar una lista de pasos para lanzar iniciativas.

“Estamos tratando de influenciar la conversación para que el emprendimiento no sea exclusivamente en redactar el plan de negocios”, expresa Dawn Bowlus, directora del Instituto Jacobson para Emprendimiento Juvenil de la Universidad de Iowa, que proporciona un currículo empleado por maestros de bachillerato en 30 estados.

Bowlus dice que el año pasado rediseñó el currículo del instituto de Iowa para capacitar a los maestros. Antes, los estudiantes enviaban una encuesta a cientos de posibles clientes, pero rara vez se sentaban a conversar con ellos. Ahora, los estudiantes deben primero identificar un problema y entrevistar a clientes y después ajustar sus modelos de negocios de acuerdo a sus hallazgos, asevera.

En Cleveland, el colegio privado Hawken introdujo hace dos años una clase de un semestre en la que estudiantes de bachillerato dedican nueve semanas a resolver verdaderos problemas que enfrentan tres propietarios de empresas. Para un proyecto, Olivia Marino, de 18 años, realizó una investigación de mercado de un restaurante indio en busca de definir su mercado objetivo y su estrategia de crecimiento.

Para el proyecto final, el equipo de Marino creó un servicio de repostería que enviaba ingredientes y una receta todos los meses para que las familias con hijos pequeños pudieran cocinar juntos. La clase “me hizo pensar de manera distinta sobre todas las cosas que tienen que ver con mantener y fundar una empresa pequeña”, dijo Marino.

“El secreto en cuanto a la participación de los chicos es que esto es el mundo real”, puntualizó Doris Korda, administradora de Hawken y ex emprendedora que creó el programa.


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