Charles Lamb dijo en una ocasión: Nuestros espíritus se
vuelven grises antes que nuestros cabellos.
Comenzamos nuestra juventud con muchas ilusiones.
El
joven mira entusiasmado los años que le quedan por delante con espíritu
aventurero. Pero pronto empiezan los problemas y muchos son los que dejan sus
sueños aparcados.
Lo peor
es que pierdes el ánimo y el gusto por la vida.
Hay
jóvenes que son viejos de espíritus y viceversa.
¿Tú a cual perteneces?
¿Cual es tu actitud mental cuando te despiertas por las
mañanas?
La persona con espíritu joven se despierta con entusiasmo y
siente dentro de sí una voz que le anima, y piensa que pasarán cosas
maravillosas.
Por el contrario las personas viejas de espíritu se
despiertan embotados, no esperan a que ocurra nada extraordinario.
Es un día como otro, normal.
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