Sus contemporáneos vieron a Buda y Jesús como seres raros y con serios desvaríos.
A Leonardo da Vinci también lo juzgó como desquiciado al presentar varios de sus inventos.
A Colón y Magallanes les dijeron que estaban fuera de sí cuando emprendieron sus travesías.
También tildaron de chiflado a Amundsen cuando viajó al Polo Sur, pero él siguió con su "loca" idea.
Loco era Pasteur cuando habló de las bacterias y más loco Christian Barnard al hacer el primer trasplante de corazón.
La lista de los "locos" es infinita porque ellos vieron más allá y tenían osadía para romper paradigmas.
Por eso no te arredres cuando juzguen tus buenas ideas y tus propuestas de cambio.
El mundo necesita "locos" porque muchos cuerdos hacen bastante daño y se cierran a lo nuevo y lo inesperado.
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